Las aguas tumultuosas de Tepotzotlán no solo reflejan el esplendor de su paisaje, sino que también son testigos de los desafíos que enfrenta este hermoso municipio mexiquense. En medio de promesas incumplidas y controversias, la comunidad se ve envuelta en un mar de descontento.
La sombra de la inseguridad se cierne sobre Tepotzotlán, convirtiéndose en un iceberg amenazante. Los residentes, preocupados por un aumento en la delincuencia, cuestionan la efectividad de las estrategias de seguridad implementadas durante las tres décadas de la actual administración municipal. Calles que deberían ser seguras ahora son escenario de actos delictivos, generando una ola de incertidumbre que afecta la calidad de vida de los tepotzotlenses.
La seguridad pública es un timón delicado, pero su manejo es esencial para el bienestar de la población. Se hace un llamado a la presidenta municipal para abordar este desafío con urgencia, dejando de lado las politiquerías y enfocándose en medidas efectivas que devuelvan la tranquilidad a las calles de Tepotzotlán.
Además, la controversia en torno a la «Semana Cultural» ha avivado las llamas del descontento. Denuncias de sobreprecios en eventos y servicios relacionados con celebraciones han indignado a los contribuyentes, quienes exigen transparencia en el uso de los recursos públicos.
La gestión financiera de eventos como la «Semana Cultural» debe ser transparente y responsable. Los tepotzotlenses merecen conocer los detalles y asegurarse de que el dinero de los contribuyentes se utilice en beneficio real de la comunidad.
En esta columna, se hace un llamado a Ángeles Zuppa, presidenta municipal de Tepotzotlán, a abordar estas preocupaciones con seriedad y compromiso. El liderazgo se pone a prueba en momentos de crisis, y la comunidad espera respuestas y acciones concretas que allanen el camino hacia una Tepotzotlán más segura y transparente. En esta encrucijada, las decisiones que se tomen ahora definirán el futuro del municipio. Es hora de actuar.