Revuelta juvenil en Nepal provoca renuncia del primer ministro y deja más de 50 muertos

PorYael Díaz

12 de septiembre de 2025

Lo que inició como una protesta contra la prohibición de redes sociales se convirtió en una de las mayores revueltas de la historia reciente de Nepal. Manifestaciones encabezadas por jóvenes de la llamada Generación Z derivaron en enfrentamientos violentos, con un saldo de 51 personas fallecidas y más de un millar de heridos, según cifras oficiales.El conflicto comenzó el 4 de septiembre, cuando el gobierno de K.P. Sharma Oli ordenó el bloqueo de 26 plataformas digitales, entre ellas Facebook, WhatsApp, X, YouTube e Instagram, argumentando razones de seguridad y la lucha contra noticias falsas. La medida fue vista como un ataque directo a la libertad de expresión y encendió la indignación juvenil.Las protestas estallaron el 8 de septiembre en Katmandú y otras ciudades. Miles de manifestantes desafiaron a la policía, que respondió con gases lacrimógenos, balas de goma y, en algunos casos, munición real. Los choques dejaron 19 muertos en la primera jornada. Al día siguiente, las manifestaciones se extendieron por el país, con ataques a edificios gubernamentales, incendios en oficinas y daños a residencias de políticos.Ante la presión popular, el gobierno levantó el veto digital el 9 de septiembre. Sin embargo, la violencia ya había escalado: se impuso toque de queda en la capital, se desplegó al ejército en puntos estratégicos y la crisis política se agudizó. La renuncia de Oli se volvió inevitable.El 11 de septiembre, el presidente Ram Chandra Poudel nombró como primera ministra interina a Sushila Karki, ex presidenta del Tribunal Supremo y primera mujer en asumir el cargo en Nepal. Su designación busca calmar las tensiones, pero el país sigue convulsionado.Hasta este viernes 12 de septiembre, las autoridades contabilizan al menos 51 muertos —incluidos manifestantes, policías y prisioneros—, además de cuantiosos daños materiales. Aunque algunas zonas comienzan a normalizarse, las marchas y bloqueos continúan en rechazo a la corrupción y al sistema político en general.Nepal enfrenta así una de sus peores crisis desde el fin de la monarquía en 2008, con un movimiento social que exige cambios profundos y masivas renuncias de la clase política tradicional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *