Las políticas migratorias más estrictas implementadas por Estados Unidos han provocado un cambio inesperado en los flujos migratorios de la región. Miles de solicitantes de asilo y trabajadores que antes veían a EE. UU. como meta final, ahora se ven obligados a permanecer en México.De acuerdo con un reporte de The New Humanitarian, las restricciones y deportaciones más rápidas en la frontera norte han generado que muchos migrantes empiecen a establecerse en ciudades mexicanas, buscando empleo y estabilidad. En varios casos, los migrantes se refieren a este fenómeno como el surgimiento de un “sueño mexicano”, en contraste con el tradicional “sueño americano”.Autoridades mexicanas reconocen la presión social y económica que esto genera, especialmente en los estados fronterizos y en la capital. Sin embargo, organizaciones humanitarias destacan que también representa una oportunidad para aprovechar la fuerza laboral migrante e integrarla al desarrollo del país.El futuro de esta nueva dinámica dependerá de los acuerdos bilaterales entre México y Estados Unidos, así como de las políticas internas que México decida aplicar para atender a esta población creciente.