México ha alcanzado una cifra alarmante: más de 5,600 fosas clandestinas localizadas en diversos puntos del país desde el inicio de la guerra contra el crimen organizado en 2007. Este fenómeno, que refleja el incremento de la violencia y la impunidad, afecta a casi una cuarta parte de los municipios mexicanos. En lo que va del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, se han identificado 2,864 fosas, con los estados de Veracruz, Colima, Sinaloa, Guerrero y Michoacán liderando los hallazgos.
El hallazgo de 5,696 fosas en 570 municipios revela una constante y alarmante tendencia: se ha descubierto casi una fosa clandestina por día desde que comenzó la lucha contra la delincuencia organizada. A esta escalofriante cifra se suma el registro de más de 111,500 personas desaparecidas en el país, un dato que sigue creciendo sin señales claras de freno.
En los últimos años, el país ha sido testigo de 24 hallazgos masivos de fosas, lo que pone de manifiesto la magnitud de la crisis humanitaria que enfrenta México. Este panorama de violencia no solo pone en evidencia la gravedad del problema, sino también la insuficiencia de las políticas de seguridad para garantizar la paz y el bienestar de los ciudadanos.
