El Gobierno mexicano autorizó la entrada y operación de aviones estadounidenses con moscas estériles, una medida clave para combatir el gusano barrenador del ganado, tras un ultimátum lanzado por la Administración Trump que amenazaba con frenar importaciones mexicanas si no se atendía el problema antes del 30 de abril.
La noticia fue confirmada por la secretaria de Agricultura de EE.UU., Brooke Rollins, quien celebró el acuerdo como una “gran victoria para los ganaderos estadounidenses”. La funcionaria anunció la resolución tras una reunión con productores de Texas y luego de intensas negociaciones con autoridades mexicanas realizadas este lunes.
El secretario de Agricultura de México, Julio Berdegué, también reconoció el avance, describiendo el encuentro con Rollins como “satisfactorio”, aunque no ofreció detalles sobre los puntos acordados.
Un acuerdo bajo presión
Días antes, el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA) había criticado las restricciones impuestas por México a las aeronaves encargadas de liberar moscas estériles, señalando que los permisos temporales de 60 días y la limitación de vuelos a solo seis días por semana dificultaban la erradicación efectiva de la plaga.
Además, acusaron al Gobierno mexicano de imponer aranceles a las piezas de las aeronaves utilizadas en la operación, calificándolos como obstáculos “incompatibles” con una colaboración eficaz.
La carta del USDA incluía una serie de exigencias: ampliar la duración de los permisos, operar los siete días de la semana, eliminar los aranceles y designar un enlace de alto nivel que trabajara directamente con las autoridades estadounidenses para eliminar trabas burocráticas.
Sin claridad sobre lo negociado
Aunque se alcanzó un acuerdo, ninguna de las partes ha revelado cuáles fueron los términos exactos ni en qué medida México cedió ante las exigencias de Washington. El tono de los comunicados sugiere una solución diplomática, pero deja abierta la duda sobre cuánto tuvo que conceder el Gobierno de Claudia Sheinbaum para evitar un conflicto comercial.
La plaga del gusano barrenador representa una amenaza importante para la industria ganadera en ambos países, por lo que la cooperación técnica es fundamental. Sin embargo, las tensiones revelan lo frágil que puede ser la relación bilateral cuando entran en juego intereses económicos sensibles.