Cada 12 de diciembre, México celebra a la Virgen de Guadalupe, una tradición que se remonta a los primeros años de la Conquista, cuando, según la religión católica, la Virgen se apareció a Juan Diego en el cerro del Tepeyac. Este evento se convirtió en un símbolo religioso y cultural crucial para la unidad del país.
El culto a la Virgen de Guadalupe tiene dos influencias principales: la veneración prehispánica de Tonantzin, una diosa femenina adorada en el cerro del Tepeyac, y la Virgen de Guadalupe de España. Los conquistadores españoles, al descubrir que ese lugar ya era sagrado para los indígenas, encontraron fácil la relación entre la nueva figura católica y la deidad prehispánica. Sin embargo, los estudios más profundos han revelado una conexión aún más intrigante: la relación entre la Virgen de Guadalupe y la leyenda de la Llorona.
La Llorona, figura espectral que vaga por la noche buscando a sus hijos, está asociada con la diosa Cihuacóatl, también conocida como «la mujer que llora» o la «recolectora de almas». Según los antropólogos, la aparición de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac ocurrió en el mismo período en que la figura de la Llorona se hacía presente, vinculada a la tragedia de la Conquista y las muertes de los pueblos indígenas.

El historiador Fray Bernardino de Sahagún documentó estos relatos y expresó su descontento con la asociación entre la Cihuacóatl y la Virgen de Guadalupe, ya que los indígenas continuaban venerando en el mismo lugar, a pesar de los esfuerzos de los conquistadores por erradicar las creencias prehispánicas. Sahagún identificaba a Tonantzin principalmente con las diosas Centeótl y Cihuacóatl, y no con la Virgen, lo que refleja la resistencia indígena a la imposición religiosa.
Aunque la conexión entre la Virgen de Guadalupe, Tonantzin, la Cihuacóatl y la Llorona sigue siendo un tema de debate entre los historiadores, lo que es indiscutible es que la figura de la Virgen se transformó, con el paso de los siglos, en un símbolo de resistencia y unidad para los mexicanos, fusionando tradiciones católicas y prehispánicas en un solo culto que perdura hasta nuestros días.