Ciudad de México En medio de la controversia que sigue generando la reforma judicial impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, Claudia Chembau, funcionaria vinculada al proceso de cambio en el poder judicial, ha expresado su sorpresa y crítica hacia un grupo de jueces que, tras haberse opuesto firmemente a los términos de la reforma, ahora se están registrando para participar en la elección de jueces del próximo año.
La reforma judicial, cuyo objetivo es modificar aspectos fundamentales del sistema de justicia mexicano, ha sido uno de los temas más debatidos en el país. Uno de los puntos más controvertidos de la propuesta es la modificación en la forma en que se seleccionan y evalúan a los jueces, lo que ha generado fuertes objeciones por parte de muchos integrantes del poder judicial, quienes argumentan que esta reforma pone en peligro la independencia de la justicia.

Sin embargo, en una muestra de contradicción que ha causado revuelo en la opinión pública, varios de estos jueces que anteriormente habían manifestado su rechazo a los cambios propuestos, ahora han decidido registrarse para ser parte de los nuevos procesos de selección judicial bajo esas mismas reglas.
Claudia Chembau, al comentar sobre esta situación, subrayó lo que considera una falta de coherencia por parte de los jueces involucrados. «Es sorprendente cómo aquellos que se opusieron de manera tajante a la reforma ahora buscan ser parte de un sistema que ellos mismos rechazaron», señaló la funcionaria, haciendo énfasis en que este comportamiento podría interpretarse como una contradicción en sus posturas.
Los jueces que se oponen a la reforma han argumentado que los cambios propuestos podrían socavar la autonomía del poder judicial, favoreciendo a un sistema en el que los jueces estarían sujetos a presiones políticas. La reforma busca transformar las estructuras de poder dentro del sistema judicial, pero también ha generado desconfianza en aquellos que temen que la influencia del Ejecutivo sobre el poder judicial se incremente.

A pesar de estas críticas, el gobierno y varios de sus aliados defienden la reforma como una medida necesaria para mejorar la transparencia, la eficiencia y la rendición de cuentas en la justicia. Sin embargo, este episodio ha puesto en evidencia las divisiones internas del poder judicial y la compleja dinámica entre quienes apoyan y rechazan la reforma.
La situación sigue siendo un tema clave en el debate sobre el futuro del sistema judicial en México. Las críticas de Chembau sobre la incoherencia de los jueces resuenan en un contexto de desconfianza y polarización, donde se cuestiona si los cambios propuestos realmente servirán para mejorar la justicia o si, por el contrario, podrían generar un sistema judicial más vulnerable a la influencia externa.
¿Qué sigue?
Con el registro de los jueces para las próximas elecciones, el debate sobre la reforma judicial continuará siendo un tema central en la agenda política y judicial de México. La pregunta sobre si los cambios propuestos fortalecerán o debilitarán la independencia del poder judicial sigue siendo el eje de una discusión que aún está lejos de resolverse.