Irlanda ha puesto en marcha este martes la primera fase de la ‘Ley de Tejidos Humanos 2024’, la cual establece que todos los adultos serán considerados donantes de órganos al fallecer, salvo que hayan registrado su negativa en el Registro Nacional de Exclusión Voluntaria.
De acuerdo con el Ministerio de Sanidad, esta nueva legislación permite la donación y uso de órganos y tejidos tanto de personas vivas como fallecidas con fines de trasplante. El Servicio de Salud de Irlanda (HSE) subrayó que, aunque se parte del consentimiento presunto, los familiares siempre serán consultados antes de realizar cualquier procedimiento, y si se oponen, la donación no se llevará a cabo.
Quienes no deseen ser donantes podrán dejar constancia oficial de su decisión y no serán contactados sus familiares al respecto. La ley también contempla la donación en vida, como el caso de personas que deciden donar un riñón de manera altruista.

El director comercial del HSE, Colm Henry, destacó que el nuevo marco legal «alinea a Irlanda con las mejores prácticas internacionales» y recordó que cada año más de 200 vidas son salvadas o mejoradas en Irlanda gracias a la donación de órganos, aunque más de 600 personas permanecen en lista de espera.
Además, se prevé que esta legislación impulse campañas informativas en hospitales, centros de salud y medios de comunicación, para que la población conozca sus derechos y opciones respecto a la donación. El objetivo, según las autoridades, es aumentar la conciencia pública y fomentar el diálogo familiar sobre este tema vital.