Donal Trump ha iniciado anticipadamente la campaña que lo llevará a reelegirse en un segundo período en su país. Con un discurso que fomenta el odio y la discriminación, pretende aglutinar de nuevo al sector más antiimmigrante de Estados Unidos. Pero, corre un grave riesgo al usar como trampolín político a la amenaza y al desprecio.
Advierte que aplicará aranceles que entrarían en vigor el 10 de junio, y que comenzarían con un cinco por ciento y “aumentaría gradualmente” a menos que se detenga el flujo de migrantes sin documentos que cruzan la frontera.
Pero, Trump se encuentra de frente con un México digno, representado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y la contundente respuesta de éste, que da un golpe certero a la intención de Trump de usar como trampolín político el discurso de la ignominia.
Oye, Trump.
«Los problemas sociales no se resuelven con impuestos o medidas coercitivas. ¿Cómo convertir de la noche a la mañana al país de la fraternidad para con los migrantes del mundo en un gueto, en un espacio cerrado, donde se estigmatiza, se maltrata, se persigue, se expulsa y se le cancela el derecho a la justicia a quienes buscan con esfuerzo y trabajo vivir libres de miseria? La Estatua de la Libertad no es un símbolo vacío»
Las campaña donde se fomenta el miedo, el racismo, la intolerancia y la polarización también fracasan.
Quizá, esta afrenta que significa usar como trampolín a la ignominia, termine convirtiéndose en un virtuoso trampolín que catapulte al Presidente Andrés Manuel como un líder en latinoamérica, que con la bandera de la dignidad, el diálogo y la prudencia, le gane en su terreno político al presidente más poderoso del mundo.
El dialogo nos lleva a la siguiente reflexión de Martin Luther King «La oscuridad no puede sacarnos de la oscuridad. Sólo la luz puede hacerlo. El odio no puede sacarnos del odio. Sólo el amor puede hacerlo.»