Este martes, la Cámara de Diputados discutirá una reforma a la Constitución que busca garantizar que el cultivo de maíz en México sea libre de modificaciones genéticas, en particular de las semillas transgénicas. La Comisión de Puntos Constitucionales aprobó sin cambios la propuesta presentada por el presidente, con el objetivo de prohibir el cultivo de maíz genéticamente modificado. El dictamen fue incluido en la agenda del pleno gracias a un acuerdo de la Junta de Coordinación Política.
El dictamen obtuvo 29 votos a favor de los partidos Morena, PT, PVEM y PRI, mientras que seis diputados del PAN votaron en contra, proponiendo que la prohibición se regionalizara. Además, dos diputadas de Movimiento Ciudadano (MC) se abstuvieron, argumentando que la redacción de la reforma es ambigua.
La discusión se extendió por dos horas y media, con tres rondas de intervenciones a favor y en contra, en las que participaron 17 oradores de diversas bancadas. Durante su intervención, Claudia Ruiz Massieu, de MC, señaló que, aunque existe un consenso general sobre el reconocimiento del maíz nativo como parte de la identidad nacional y de México como centro y origen de su diversidad, la reforma no establece de manera explícita la prohibición de las semillas genéticamente modificadas.
El maíz, que es endémico de México, representa un pilar fundamental de la biodiversidad agrícola del país. México es reconocido como el centro de origen y diversificación de este grano, albergando una gran variedad de maíces nativos, lo que subraya la importancia de proteger estos cultivos tradicionales frente a las modificaciones genéticas. Entre las especies de maíz endémicas de México se encuentran el maíz azul, el maíz negro, el maíz blanco y el maíz rojo, así como otras variedades locales como el maíz criollo. Cada una de estas especies posee características particulares adaptadas a diferentes regiones y condiciones climáticas, lo que refuerza su importancia cultural, histórica y alimentaria para el país.
