La estación de ferrocarril Buenavista, que alguna vez fue un punto crucial en la red ferroviaria de la Ciudad de México, ha experimentado una notable transformación con el paso de los años. En su momento, esta estación servía como uno de los principales accesos al centro de la ciudad, conectando a los viajeros con diversos destinos del país.
Sin embargo, el cambio en las necesidades de movilidad y el crecimiento urbano de la capital mexicana llevaron a una modernización de los sistemas de transporte. Hoy en día, la histórica estación de Buenavista se ha convertido en la terminal principal del Suburbano, el sistema ferroviario que conecta la Ciudad de México con el Estado de México, facilitando el transporte de miles de pasajeros diariamente.

La transformación de la estación refleja un proceso de adaptación a las nuevas demandas de la población, donde lo que antes era un centro de paso para los viajeros que tomaban trenes hacia otras partes del país, ahora es una pieza clave en la infraestructura de movilidad metropolitana. La estación de Buenavista no solo ha cambiado su función, sino también su imagen, modernizándose para brindar un servicio eficiente a los usuarios del suburbano, que hoy dependen de ella para sus desplazamientos hacia áreas como Cuautitlán, Tepotzotlán y otros puntos del norte del Valle de México.
Este cambio no solo ha sido una evolución en términos de infraestructura, sino también una adaptación a las dinámicas de transporte urbano del siglo XXI, con el fin de mejorar la calidad de vida y la movilidad de los habitantes de la zona metropolitana.
