Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación
La violenta lucha que han mantenido los Cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se extiende al ombligo de América Latina. Ahí, en Ecuador, las bandas locales han emulado el estilo sanguinario de los capos mexicanos, una situación que obligó al gobierno de Guillermo Lasso a decretar un Estado de excepción para el combate frontal de las organizaciones criminales.
Al igual que en México, el principal motivo del encono es la venta y distribución de drogas, así como el control de las plazas.
Para lograr su objetivo, las mafias mexicanas han subcontratado a bandas locales. El Cártel de Sinaloa se hizo de los servicios de Los Choneros, que desde hace dos décadas operan actividades delictivas en el sur de Ecuador.
Mientras que Jalisco Nueva Generación tiene como brazos armados a Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones.
Estas cuatro bandas mantienen una fuerte presencia en las calles de diversos departamentos del país, donde controlan el narcomenudeo, la extorsión, el contrabando y las ejecuciones.
A la par, las autoridades han dado duros golpes a las estructuras criminales, un éxito que derivó en otro problema: ahora los narcotraficantes controlan las principales penitenciarías del país, lo que ha dejado decenas de reclusos muertos.
Una muestra del poder bélico de los cárteles mexicanos se asoma detrás de las rejas: de los 40 mil presos que habitan en las cárceles de Ecuador, 25 mil forman parte de las bandas que trabajan para Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, revela un informe de la Coordinación de Seguridad Penitenciaría de la Policía.
El periodista Arturo Torres ha investigado los vínculos entre los cárteles mexicanos y las mafias de la región. En entrevista con este diario comenta que las huestes locales de Joaquín El Chapo Guzmán y Nemesio El Mencho Oseguera superan por mucho a los 30 mil efectivos que forman parte del Ejército ecuatoriano.
Fuente: Milenio.