16 de abril de 1838. En esta fecha se marca el inicio de las hostilidades entre México y Francia en un episodio tan curioso como significativo de la historia del siglo XIX: la Guerra de los Pasteles.
El conflicto surgió en un contexto de gran inestabilidad para México, todavía debilitado tras su independencia de España. Fue una serie de demandas económicas por parte de comerciantes franceses —entre ellos, un pastelero— lo que detonó el enfrentamiento.
📜 ¿Una guerra por pasteles?
Según la leyenda popular, todo comenzó con una queja del pastelero francés Remontel, quien tenía su negocio en Tacubaya, Ciudad de México. Remontel denunció que un grupo de oficiales mexicanos entró a su pastelería, consumió productos y se fue sin pagar, además de provocar destrozos. Exigía una compensación considerable por los daños.
Esta denuncia se sumó a otras reclamaciones de ciudadanos franceses que, ante la falta de pago o protección de sus bienes, presionaron al embajador de Francia en México, el barón Deffaudis. Francia, bajo el reinado de Luis Felipe I, exigió al gobierno mexicano el pago de 600 mil pesos, una suma desproporcionada en ese momento.
⚔️ El ataque a Veracruz y el bloqueo francés
Ante la negativa de México a pagar la suma exigida, el 21 de noviembre de 1838, la marina francesa bombardeó el puerto de Veracruz y tomó el control del fuerte de San Juan de Ulúa. A partir de ahí, se instauró un bloqueo comercial que puso en jaque a México, afectando seriamente su economía y agravando la ya existente crisis nacional.
🛡️ Santa Anna pierde una pierna y gana fama
Uno de los personajes más recordados de este conflicto fue el entonces general Antonio López de Santa Anna, quien salió de su retiro para defender Veracruz. En uno de los ataques, Santa Anna perdió una pierna en combate, hecho que más tarde usaría como símbolo de su patriotismo y que le catapultó nuevamente a la presidencia.
🤝 El fin del conflicto
El 9 de marzo de 1839, con la intervención diplomática del Reino Unido, se firmó un tratado de paz. México se comprometió a pagar los 600 mil pesos reclamados, mientras que Francia retiró su flota, aunque no indemnizó a México por los gastos del conflicto.
🧭 Una guerra absurda con consecuencias reales
Aunque la guerra es recordada por su nombre peculiar, sus consecuencias fueron reales: deterioro económico, mayor presión extranjera y un reflejo de la debilidad del joven Estado mexicano. Además, reveló cómo conflictos comerciales podían escalar a enfrentamientos militares en un contexto de diplomacia imperialista.